Hace unos días escribí que iría a ver la película brasileña Antonia, que se proyectó en el marco de la primera muestra internacional de cine de Chihuahua y prometí dar mi comentario al respecto.
Iniciaré diciendo que fue increíble la sensación de ver una película en un lugar como el teatro de la ciudad que dicho sea de paso es hermoso con un estilo colonial muy pintoresco. De vez en vez asisto a las muestras de cine internacional que ofrece la universidad del estado en la Quinta Gameros que es un museo en la ciudad, pero nunca antes había visto una película en un teatro y aunque obviamente el teatro y un cine tienen características similares, fue emocionante la experiencia.
De primera instancia diré que no leí reseña alguna de la peli e iba con una idea muy diferente de lo que vi, lo único que sabía antes del inicio de la misma era que había ganado algunos premios importantes y eso aumento mi interés, pero seré sincera lo que más me atraía era el olor a Brasil. Yo creía que Antonia era una persona pero resulto ser un grupo musical de cuatro jóvenes brasileñas con ansias de triunfar y salir de un medio bastante hostil. No soy de ninguna manera una experta en cine brasileño ni mucho menos, quizás he visto un total de 7 películas del país en mi vida, incluida ésta y tres han sido exactamente con la temática de personas de bajos recursos con mucho talento y hambre por triunfar en el mundo de la música. No digo que sea un tema malo, pero personalmente creo que es trillado y acá en México hay una larga lista de novelas que muestran diariamente ese sueño de muchos jóvenes. No dejaré de comentar que encontré cosas interesantes por la cuales valió la pena asistir a ver Antonia como las fantásticas voces de las chicas y escuchar el portugués que a mi me deja con la boca abierta, otra cosa que me encanto fue ver el retrato de la vida de la comunidad afro americana en Brasil y palpar la ciudad de Sao Paulo ya que por instantes me trasladé hasta esa ciudad.
Así que sólo por el hecho de hacerme sentir cerca de Brasil valió la pena ver Antonia.
Saludos
Iniciaré diciendo que fue increíble la sensación de ver una película en un lugar como el teatro de la ciudad que dicho sea de paso es hermoso con un estilo colonial muy pintoresco. De vez en vez asisto a las muestras de cine internacional que ofrece la universidad del estado en la Quinta Gameros que es un museo en la ciudad, pero nunca antes había visto una película en un teatro y aunque obviamente el teatro y un cine tienen características similares, fue emocionante la experiencia.
De primera instancia diré que no leí reseña alguna de la peli e iba con una idea muy diferente de lo que vi, lo único que sabía antes del inicio de la misma era que había ganado algunos premios importantes y eso aumento mi interés, pero seré sincera lo que más me atraía era el olor a Brasil. Yo creía que Antonia era una persona pero resulto ser un grupo musical de cuatro jóvenes brasileñas con ansias de triunfar y salir de un medio bastante hostil. No soy de ninguna manera una experta en cine brasileño ni mucho menos, quizás he visto un total de 7 películas del país en mi vida, incluida ésta y tres han sido exactamente con la temática de personas de bajos recursos con mucho talento y hambre por triunfar en el mundo de la música. No digo que sea un tema malo, pero personalmente creo que es trillado y acá en México hay una larga lista de novelas que muestran diariamente ese sueño de muchos jóvenes. No dejaré de comentar que encontré cosas interesantes por la cuales valió la pena asistir a ver Antonia como las fantásticas voces de las chicas y escuchar el portugués que a mi me deja con la boca abierta, otra cosa que me encanto fue ver el retrato de la vida de la comunidad afro americana en Brasil y palpar la ciudad de Sao Paulo ya que por instantes me trasladé hasta esa ciudad.
Así que sólo por el hecho de hacerme sentir cerca de Brasil valió la pena ver Antonia.
Saludos
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