Nada es verdad, nada es mentira, todo es segùn del color del cristal con que se mira.
El ùltimo sàbado de vacaciones de semana santa regresando a mi ciudad despuès de un viaje innolvidable me encontrè varada en la central camionera de la Cd. de Mèxico. Sin entrar mucho en detalles tuvè que quedarmè ocho horas esperandò por el camiòn que me llevarìa de vuelta a Chihuahua, cosa que en un principio hizò despertar en mi al moustro verde de mi cuento personal ya que resulta que el domingo era el cumpleaños de mi papà y esas horas eran valiosìsimas para poder llegar a tiempo y pasarlò con èl. En fin sin poder controlar lo externo que me hacia quedarme mucho màs tiempo del calculado en la gran jungla urbana comprè el ticket de vuelta con una gran mueca y con mucho enojo por la mala jugada que yo juraba me estaba haciendo el cruel destino. Recogì de mala gana mi ticket y me apresure a encontrar un lugar donde sentarme con mi mochila, ese momento lo llamo ahora con cierta burla mis cinco minutos de oscuridad ya que no vì nada y a nadie me encerrè en mi misma, de repente una familia a mi lado me hizò ver la luz al final del tunel jajaja, muy amablemente me saludaron y la educaciòn me logrò traer de vuelta al mundo externo, despuès de observarlos como se despedìan unos de otros decidì caminar un poco para terminar de despejar mi mente y oxigenarla, comprè un jugo helado de mi sabor favorito ( manzana ) y repente a mi mente vino un libro que hacia un tiempo habìa leìdo por recomendaciòn de uno de mis tìos "El hombre en busca del sentido " de Viktor Frankl quièn estuvò en un campo de concentraciòn, el libro habla en general de las actitudes positivas, la influencia que tenemos nosotros mismos sobre nuestro pensamiento. Si bien mi situaciòn no era tan dràmitica en cuestiòn de segundos la convertì en un calvario y creo fielmente que de no haber cambiando mi cristal habrìa terminado hasta enferma jajaja. Què hice entonces???? analicè mis opciones ya con la cabeza màs despejada, què podìa hacer en un lugar como ese para hacer màs placentera mi estancia de poco màs de ocho horas??? y agradablemente encontrè que podìan existir muchas cosas interesantes, me centrè en lo positivo de la experiencia y dejè de llevar a mi mente a las cosas negativas que obviamente tambièn estaban esperando para acorralarme jajaja. En fin he pasado una hermosa tarde de lluvia en una central con miles y miles de gente entrando y saliendo de la misma, observè detalles emocionales geniales de nosotros los seres humanos, tuvè el tiempo necesario para escribir, reflexionar y agradecer sobre mi viaje, conocì mucha gente, personas lindìsimas con las que compartì anecdotas y risas de las cuales recibì invitaciones a sus lugares de origen, en fin creo que al final de cuentas ocho horas no era tanto.
PD: El domingo lleguè cerca de las 7 de la tarde a Chihuahua donde mi familia esperaba ansiosa mi llegada para poder estar completos, muy cansada pero con animos disfrutè enormemente de un año màs de vida de mi papà.
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