De Lunes a Viernes justo a las 7:30 de la tarde, emprendo mi camino a la alberca a que me torturen con el típico, Mayra arrastras el brazo, esa respiración, aprieta la panza, otra vuelta más, ohhhhh tranquilos traigo polilla en los huesos.
Hoy como por las 7 de la tarde el cielo se lleno de grandes nubarrones negros que amenazaba con regalarnos un aguacero de esos torrenciales y como cuando llueve no dan clase por los rayos decidí que la lluvia no tardaba en llegar y me flete en la computadora a chatear con un buen amigo, al fin de cuentas no dejaría el día sin hacer ejercicio ya que se me ocurrio que podría ser una buena oportunidad para dar una vuelta en bici acompañada de mi perro después de la lluvia, asi aprovecharía el aire fresco, el olor a tierra mojada y el ejercicio sería dos por uno.
Llegaron las 8 y luego las 8:30, las 9 y nada, la llluvia que pronóstique no llegó. Total decidí que era momento de tomar mi bici y salir a dar la vuelta, obviamente dejando de lado lo del aire fresco y la tierra mojada y ohhh sorpresa mi bici ponchadaa y mi perro dormido, aaaaaahhh.
En fin, tomé otra gran decisión volver a la computadora y no hacer ni madres de ejercicio.
PD, traigo en jaque a mi bici la muy floja siempre que la voy a usar le pasa algún desperfecto jajaja.